El presidente ruso, Vladímir Putin, ha querido presumir de sus alianzas durante el inicio de la cumbre de los BRICS, el foro de los países emergentes que se celebra en Kazán, y demostrar que no está solo. Esta cumbre, a la que asisten los líderes de Brasil, India, China o Egipto, entre otros, tiene como objetivo, conformar un nuevo orden capaz de hacer frente al de Occidente. Es la primera vez que se produce en Rusia desde el comienzo de la guerra y sus organizadores afirman que es "el mayor acontecimiento de política exterior jamás celebrado".
Uno de los encuentros más esperados era el de Putin con el presidente de China, Xi Jinping, segundo país con mayor producto interior bruto, tan solo por detrás de Estados Unidos. El mandatario asiático ha aprovechado para destacar la estrecha relación entre ambos países: "El mundo atraviesa una gran transformación no vista en un siglo. Creo firmemente que la profunda amistad entre China y Rusia no cambiará".
Con un apretón de manos y un abrazo ha recibido el líder ruso a Narendra Modi, primer ministro de la India, el país más poblado del mundo. Un gran aliado económico al que Putin, incluso, ha gastado una broma: "Nuestras relaciones son tan buenas que pensaba que lo habías entendido todo". Con todos los honores también han sido recibidos Masoud Pezeshkian, presidente de Irán; Mohamed Bin Zayed Al Nahyan, el jeque-presidente de Emiratos Árabes; Dilma Rousseff, presidenta del Banco de Desarrollo brasileño y la número dos de Maduro, Delcy Rodríguez.
Esta cumbre se alargará hasta el jueves y en ella se abordarán distintos temas. De hecho, se pretende que se determine una postura única sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. Asimismo, al final del encuentro, Putin se reunirá con António Guterres, secretario general de la ONU.