El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha seguido este jueves con su agenda oficial ajeno a la controversia que ha generado el siniestro aéreo que costó la vida el miércoles a su antiguo aliado Yevgeni Prigozhin, jefe del Grupo Wagner, sobre el que no se ha pronunciado oficialmente el Gobierno ruso.
Putin se ha ceñido al guion en un discurso pronunciado por videoconferencia ante la cumbre de líderes de los BRICS y se ha limitado a reivindicar la "influencia" de esta asociación, que ahora se amplía, y la necesidad de avanzar en cuestiones como una divisa común. "Quiero manifestar a los colegas que continuaremos la causa que hemos comenzado con ustedes para ampliar la influencia de los BRICS en el mundo", dijo el jefe del Kremlin.
El presidente ruso ha sido el único líder de los BRICS que no ha asistido a la reunión de Sudáfrica, ya que ha delegado en su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, tras saberse señalado por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por los presuntos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Sin embargo, Lavrov ha optado por un papel discreto y, de hecho, ha evitado igualmente las declaraciones ante los periodistas este jueves, por lo que el ministro también ha logrado esquivar las posibles preguntas sobre las circunstancias que rodean a la muerte de Prigozhin.
La agencia federal del transporte aéreo sí confirmó el miércoles a última hora que el líder de Wagner figuraba entre los pasajeros de un avión privado que se estrelló por causas desconocidas. Murieron las diez personas que viajaban a bordo, entre las que también figuraba Dimitri Utkin, otro de los fundadores del grupo de mercenarios.