Julio está siendo el mes más caluroso en al menos 120.000 años. Según António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, el cambio climático ya está aquí, es aterrador y es solo el principio. "La era del calentamiento global ha terminado, ha llegado la era de la ebullición global", advertía este jueves.
¿Qué significa la ebullición global?
Para los expertos, este término sintetiza dos cosas: "La urgencia del momento en que se encuentra la humanidad y el calentamiento por encima de lo normal", según explica Fernando Valladares, científico del CSIC. Y es que julio ha sido el mes más caluroso jamás registrado. En concreto, la jornada del 6 de julio fue la peor: el día más cálido de la historia, llegando a los 17,09 grados. Un récord también alcanzado en la temperatura de los océanos. En lugares como en Florida, ya se han superado los 38 grados.
Un mes marcado, además, por los incendiosen varios continentes. En Europa se estima que se queman una media de 130.000 hectáreas, pero solo lo que llevamos de 2023 ya nos acercamos a las 200.000 hectáreas calcinadas. En Canadá, desde enero del 2023 ya se han quemado 12 millones de hectáreas.
¿Qué provoca esta situación?
Esta situación tiene un enorme impacto para los seres vivos y los ecosistemas y los expertos alertan de la importancia de revertirla. Con esta contundencia explicaba el asunto Mario Viciosa, periodista de Newtral, en Al Rojo Vivo: "El planeta está amenazado y las especies que lo formamos. La Tierra lleva 4.000 millones de años y seguirá sin nosotros".
Y es que la respuesta ya llega tarde: el calentamiento global va más rápido de lo esperado y en dos décadas podría no haber hielo en el Ártico en verano. Para Pedro Zorilla, portavoz de Cambio Climático de Greenpeace, los responsables son los combustibles fósiles como el gas y petróleo. Este calentamiento está provocando deshielo, destrucción de los corales, de los bosques... y eso acelera aún más el deterioro.
¿Se puede parar o revertir?
Sí, estamos a tiempo, pero, según los expertos, tenemos que actuar ya para frenar la acción climática. El clima extremo afecta ya a muchos millones de personas e incluso se ha cobrado la vida de más de 50 en los incendios que han devastado Portugal Grecia, Italia o Argelia. Por eso, piden frenar las emisiones, poner fecha al abandono de los combustibles fósiles o cambiar los sistemas de transporte y alimentación. Es una carrera contrarreloj y ya estamos tardando.