"¿Cuál ha sido su mayor logro?". "La 'Perestroika', sin duda, y todo lo que conlleva". El 2 de marzo de 2021 Mijaíl Gorbachov celebraba su 90.º cumpleaños pronunciando estas palabras en una entrevista a la agencia rusa de noticias ITAR-TASS, la heredera de los servicios informativos de la antigua Unión Soviética. Hasta su muerte, acaecida este martes 30 de agosto de 2022, Gorbachov siempre ha estado convencido de la necesidad de aquella política que llevó a cabo como último líder de la URSS, y así lo ha manifestado a lo largo de su vida.
"Tengo la profunda convicción de que la 'Perestroika' era necesaria y de que nos estábamos moviendo en la dirección correcta. Nuestro mayor logro dentro del país fue que la gente ganara libertad, y acabar con el sistema totalitario; todo esto explica por qué el intento de retrotraer al país al pasado, a través de un intento de golpe de estado [en 1991] acabó fracasando", explicaba el ruso en aquella entrevista. Y, señalaba, el principal logro de la 'Perestroika' fue "el fin de la Guerra Fría" y los drásticos recortes de armas nucleares.
Fue a finales de la década de los ochenta cuando nació la 'Perestroika' (перестройка, en ruso), gracias al entonces secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Gorbachov, que quiso impulsar una 'Glasnost' (гласность, en ruso) en una Unión Soviética ya en aquel momento estancada. El significado de 'Perestroika' es, literalmente, 'reconstrucción'; el de 'Glasnost' es 'apertura': la idea de Gorbachov era reestructurar el sistema político y económico soviético de modo que el socialismo fuera más eficiente y satisficiera las necesidades de los ciudadanos, aunque fuera adoptando elementos de la economía liberal. La primera vez que Gorbachov mencionó la palabra 'Perestroika' para hacer referencia al modelo que buscaba impulsar fue en 1986, en una visita a la ciudad de Toliatti, hasta los años sesenta conocida como Stávropol del Volga.
Con la 'Perestroika', Gorbachov buscaba elevar a la URSS desde el punto de vista económico y equipararlo con otros países con sistemas capitalistas, como Japón, Estados Unidos o Alemania, descentralizando el control económico y fomentando, por ejemplo, la autofinanciación de las empresas. La política económica de la 'Perestroika' había de ir de la mano de una serie de reformas políticas, que incluyeron, por ejemplo, la creación del Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS, un cuerpo legislativo compuesto por más de 2.200 diputados de toda la región y que fue el máximo órgano de autoridad de la Unión hasta su disolución, en 1991. En 1989, por primera vez, se presentaron a las elecciones candidatos que no fueran únicamente del Partido Comunista.
Algunos historiadores aseguran que la 'Perestroika' no logró sus objetivos debido, precisamente, a la falta de coordinación entre las políticas económicas y políticas. "Sin una reforma política cualquier intento de reformar la economía se habría hundido en las arenas movedizas de la democracia", aseguraba el propio Gorbachov en aquella entrevista publicada en su 90.º cumpleaños. "Nuestro país necesitaba una reforma de mercado gradual, no una terapia de choque. Pero en los noventa los radicales tomaron la delantera y Rusia y los rusos acabaron pagando un alto precio por esto".
"Tomé decisiones que fueron fundamentales en mi propia vida y en la política. Y no cambiaría ninguna de ellas", añadía el último líder de la URSS, no sin reconocer que había recibido duras críticas por ser "demasiado confiado". "Pero si no hubiera confiado en la gente la 'Perestroika' nunca habría comenzado. También me regañan por la 'Glasnost', pero sin ella nada habría cambiado el país", explicaba.
'Glasnost', la avalancha tras la censura
El otro término clave de las reformas de Gorbachov fue la 'Glasnost' o 'apertura', interpretada como una mayor transparencia a la hora de discutir temas importantes; la idea de Gorbachov era permitir que los ciudadanos pudieran debatir públicamente los problemas y posibles soluciones del sistema soviético, tratando de fomentar el escrutinio popular y la crítica de los líderes. Como parte de la 'Glasnost', además, se relajó la censura y de un día para otro el país, hasta entonces excesivamente volcado en la supresión de determinada información, vio cómo se podía acceder a obras culturales, políticas y literarias; obras que, hasta entonces, era ilegal leer. La prensa comenzó a tener más libertad para difundir noticias e información en la URSS.
No obstante, ni la 'Perestroika' ni la 'Glasnost' han pasado sin críticas. El presidente de la Glasnost Defense Foundation, Alexei Simonov, llegó a definir la 'apertura' soviética como "una tortuga que se arrastra hacia la libertad de expresión". Numerosos historiadores subrayan el fracaso de estas medidas de Gorbachov que, efectivamente, no se desarrollaron más allá, dado que en 1991 se confirmó la disolución de la URSS. Sin embargo, su 'Perestroika' y su 'Glasnost' le valieron a Gorbachov un Premio Nobel de la Paz, en 1990.
"No considero este Premio Nobel de la Paz como un premio para mí personalmente, sino como un reconocimiento de lo que llamamos 'Perestroika' y pensamiento político innovador, que es de vital importancia para todos los destinos humanos de todo el mundo. Este premio confirma que la 'Perestroika' y el pensamiento político innovador ya no nos pertenecen solo a nosotros, al pueblo soviético, son propiedad de toda la humanidad y son parte inseparable de su destino y de un futuro seguro y pacífico", aseguró durante la recogida del galardón.
El Comité Nobel del Parlamento noruego nombró a Gorbachov como ganador del Nobel de la Paz por su "fundamental" papel en "el proceso de paz que caracteriza actualmente la situación de la comunidad internacional en importantes áreas". Y si bien el comité era ya consciente de que los cambios que se estaban dando a comienzos de los noventa en todo el mundo tenían diversas causas, eso no minimizaba "la contribución decisiva del líder soviético en ese proceso", gracias, en parte, "a la apertura iniciada en la sociedad soviética", que logró entonces generar "un clima de confianza internacional".
¿Haría falta una 'Perestroika' nueva hoy? En aquella entrevista publicada en 2021, Gorbachov lo tenía claro: Rusia necesitaba cambios. "Los cambios son necesarios, por supuesto; no importa cómo se llamen. La 'Perestroika', la reforma, es un proceso para encaminar hacia una vida normal y digna para todas las personas, aunque las reformas nunca son fáciles, más aún en medio de las complicaciones que ha traído la pandemia", aseguraba. "Pero creo que la gente espera con ansias el cambio".