La última brutalidad israelí llegaba apenas 48 horas después de que el Tribunal Internacional de Justicia exhortase expresamente a los de Netanyahu a detener, precisamente, su ofensiva sobre Rafah. Cosa que han ignorado —una vez más— tirando de victimismo, apunta el jefe de la Diplomacia europea.
"El fiscal y el tribunal han sido fuertemente intimidados y acusados de antisemitismo; como siempre que cualquiera —sea quien sea— hace algo que al Gobierno de Netanyahu no le gusta", decía Josep Borrell, Alto Representante de Exteriores de la UE desde Bruselas, esta mañana. Algo "completamente inaceptable", apostillaba.
Algo que "resalta el enorme deterioro del orden internacional basado en normas", el nacido tras la Segunda Guerra Mundial, que está "desapareciendo delante de nuestras narices"; coinciden expertos como Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas - ICADE y la Complutense de Madrid, en Al Rojo Vivo.
Inacción cómplice a nivel mundial
¿Y por qué Israel está pudiendo permitirse esta casi burla, masacre sobre masacre, en Palestina? Primero, porque la propia comunidad internacional se lo está permitiendo, contando con un poderoso aval y su mayor aliado global: Estados Unidos. "Es imposible ya esconder el consentimiento que le ha dado a Israel", señalaba, también en Al Rojo Vivo, Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).
Y con una inacción mundial casi cómplice... más allá de declaraciones altisonantes e "indignadas", como la del presidente francés, Emmanuel Macron, este lunes. "La UE o los países árabes siguen lamentándose y condenando, pero mientras tanto no toman ninguna acción que le haga sentir a Israel que hay límites, que hay líneas rojas que no se pueden cruzar", explica Núñez Villaverde.
Israel se considera legitimado "para todo" por la tremenda masacre terrorista del 7 de octubre, que —señalan los expertos— están aprovechando como ocasión única para imponerse, extender su control sobre un territorio, el de la Palestina histórica, históricamente disputado.