Con vacantes a punto de abrirse en los principales cargos de su gabinete, Obama podría hacer ofertas a miembros de la oposición en un intento de reflejar el espíritu conciliador. El presidente de EE.UU. encargó hace semanas a su asesor Pete Rouse que elaborara listas de posibles candidatos para todas las carteras, con especial atención a dos pesos pesados que serán bajas casi seguras en 2013: la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el del Tesoro, Timothy Geithner

Clinton ha repetido que sólo ocupará el cargo hasta que Obama nombre a su sucesor, pero también ha admitido que "mucha gente" le ha pedido que se quede al frente de la diplomacia, algo que podría hacer por lo menos hasta que concluya la investigación sobre el atentado del 11 de septiembre en Bengasi (Libia), en el que murió el embajador estadounidense. 

El nombre que más ha sonado para sustituirla es el de la embajadora ante la ONU, Susan Rice. Aunque mantiene sus apoyos en la Casa Blanca, las entrevistas que Rice concedió a varias televisiones tras el atentado en Bengasi, en las que lo atribuía a "protestas espontáneas" y no a terroristas, la han convertido en objeto de críticas de republicanos. 

La alternativa es el senador John Kerry, ex candidato presidencial en 2004 y cercano aliado de Obama en la campaña, que tiene una amplia experiencia en Exteriores y ha deseado el puesto desde 2008. El problema de elegir a Kerry es que dejaría libre un asiento en el Senado por Massachussetts, lo que abriría una elección especial que iría a parar casi seguramente al republicano Scott Brown; pero la renovada mayoría de los demócratas en esa Cámara convierte esa posibilidad en una preocupación menor, según las fuentes. 

El siguiente vacío lo dejará Geithner en cuanto acaben las negociaciones sobre los recortes fiscales en el Congreso, y el sustituto más probable es Jack Lew, el jefe de personal de la Casa Blanca y exdirector de la oficina de presupuesto. "La última semana se le ha nombrado a él y sólo a él. Les gusta Jack, Jack puede hacerlo. Me sorprendería si fuera cualquier otro", dijo a Politico un demócrata que está en contacto con el proceso. 

En la lista están también Roger Altman, que fue subsecretario del Tesoro durante el mandato de Bill Clinton, y ejecutivos como el expresidente de Google Eric Schmidt y la jefa de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, cercana a Obama y que sería la primera mujer en dirigir el departamento del Tesoro. De no entrar en el Tesoro, alguno de esos nombres podría ir a parar al Departamento de Comercio, que carece de titular confirmado por el Congreso desde que John Bryson renunció al cargo en junio. 

El Pentágono también necesitará un nuevo jefe en cuanto acaben las negociaciones sobre el presupuesto, momento en el que se espera que el actual secretario de Defensa, Leon Panetta, cumpla su deseo de retirarse a su casa de California.

Su "número dos", Ash Carter, es uno de los aspirantes principales, pero Obama considera también al exsenador Chuck Hagel, un republicano moderado que luchó en la guerra de Vietnam.

Hagel sería el opositor con un cargo más alto en los dos mandatos de Obama, que ahora tiene en su gabinete a un único republicano, el secretario de Transporte Ray LaHood, quien también quiere irse. 

La Casa Blanca también se plantea llenar algún vacío con la senadora republicana recién retirada Olympia Snowe. El responsable de Justicia, Eric Holder, aún no ha decidido si seguirá en el segundo mandato de Obama, quien podría sustituirle por la actual secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.

Otras probables bajas son las del secretario de Energía, Steven Chu, el de Interior, Ken Salazar, y el de Agricultura, Tom Vilsack; mientras se espera que permanezcan en su puesto la responsable de Salud, Kathleen Sebelius, la de Trabajo, la hispana Hilda Solís, y el de Educación, Arne Duncan.

Al elaborar sus listas, la Casa Blanca no olvida los favores políticos de la campaña y busca huecos para el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, y la exgobernadora de Michigan Jennifer Granholm, que generó gran entusiasmo en la convención demócrata.