"Disponemos de testimonios sobre la utilización de armas químicas en particular de gas sarín. No por parte del Gobierno, sino de los opositores", dijo Del Ponte, según la agencia de noticias suiza ATS.
La exprocuradora general de Suiza, quien también actuó como fiscal en los tribunales internacionales para la antigua Yugoslavia y Ruanda, formuló inicialmente esos comentarios en una entrevista a la Televisión Pública Suizo-Italiana.
En los últimos meses se han multiplicado las denuncias tanto de los grupos opositores armados, como del régimen de Bachar Al Asad, sobre el uso de armas químicas por parte del bando contrario, pero sobre las cuales no se han recolectado evidencias irrefutables.
El gas sarín es una substancia altamente tóxica y peligrosa
El Gobierno sirio hizo hace algunas semanas una acusación en ese sentido e invitó a la ONU a enviar un equipo de especialistas para corroborarla, al cual niega hasta ahora el permiso para entrar en el país.
La razón es que el secretario general de la organización decidió que esos expertos no sólo investigaran la denuncia de Al Asad, sino también la de los rebeldes contra su régimen y pudieran visitar distintos puntos del país.
Según Del Ponte, la comisión que integra todavía tiene mucho que investigar sobre el supuesto uso del gas sarín y no ofreció más detalles sobre la información recogida hasta el momento."Existen sospechas fuertes y concretas, pero todavía no hay pruebas incontestables", recalcó.
Sostuvo que los magistrados que conforman la comisión investigadora de la ONU, apoyados por un equipo de trabajo, deben todavía profundizar en sus indagaciones, verificarlas y confirmarlas mediante más testimonios.
El gas sarín es una substancia extremadamente tóxica, incluso en pequeñas dosis, y es considerado como un arma de destrucción masiva desde 1991 por Naciones Unidas.La comisión de la ONU debe presentar un nuevo informe sobre el avance de su trabajo en la próxima sesión del Consejo de Derechos Humanos, que tendrá lugar en Ginebra en junio próximo.
En vista de que las autoridades sirias no permiten a sus miembros entrar a país, gran parte de su investigación se basan en el trabajo que realizan en los países vecinos, incluida la recolección de testimonios entre refugiados, heridos, exsoldados y rebeldes, entre otras víctimas de la violencia armada.