Con la lluvia, el trayecto desde Turquía es aún más peligroso y los rescates se complican. Incluso los socorristas tienen que salir nadando hasta un bote que se ha quedado sin motor. Los refugiados llegan más nerviosos, mojados y con frío. A Óscar Camps le cuesta entender cómo pueden arriesgar sus vidas de esa manera.
Óscar Camps: "Para que este mar sea una zona segura para ti, la tierra tiene que ser un infierno"