De fiesta, bailando y disfrutando con amigos. Es el inocente contenido de un vídeo que ha sembrado la controversia en Finlandia. ¿El motivo? Su protagonista es la primera ministra, Sanna Marin, a quien no han dejado de lloverle las críticas desde que se filtraron las imágenes en cuestión.
Críticas como las del presentador televisivo Aleksi Valavuori, que ha arremetido contra Marin a través de Twitter, donde ha llegado a pedir su dimisión y la ha tachado de "la primera ministra más incompetente" que ha tenido el país.
Sus críticos la acusan de drogarse, a pesar de que nada de eso se ve en el vídeo, e incluso le exigen que se someta a una prueba de drogas. Así lo ha reclamado el político Mikko Kärnä, que ha manifestado que Marin "debería someterse voluntariamente a un control de drogas, cuyos resultados serían publicados por un organismo independiente".
La polémica es tal que Marin ha tenido que dar explicaciones: aunque reconoce que bebió algo de alcohol, sostiene que no había consumido estupefacientes ni hecho nada ilegal.
Desde su grupo parlamentario han apoyado a la 'premier' pero la controversia sigue creciendo. Un revuelo en torno a Marin, de 36 años, que quizás no habría sido tal de no tratarse de esta primera ministra en concreto.