El candidato a la presidencia de EE.UU., Mitt Romney, defendió que su campaña electoral se dirige al 100 % de la población de este país y se mostró convencido de su capacidad de "reconducir" la economía para mejorar la calidad de vida de todos.
"Mi campaña es para el 100 %. Sé que no voy a obtener el 100 % de los votos, por lo que se va a centrar en esas personas que pensamos que podemos atraer para respaldarme, pero es una campaña para ayudar a quienes necesitan ayuda. Yo he demostrado mi capacidad de ayudar al 100 %" cuando era gobernador de Massachusetts, dijo Romney.
Según dijo, su trayectoria política demuestra que "a mí me importa el 100 %" de la población, en referencia así a los polémicos comentarios que hizo en una cena privada el pasado mayo, aunque se filtraron este lunes, en los que aseguraba que él no se va a preocupar de captar el voto del 47 % de la población que vive de las ayudas del Gobierno.
En esa misma cena dijo que si su padre hubiera sido mexicano (su padre nació en México de padres estadounidenses) le resultaría más fácil ganar las elección. "Con objetivos electorales sí me ayudaría", reiteró durante una entrevista en la Universidad de Miami organizada por Univision y retransmitida también a través de Facebook.
El jueves participará en una entrevista similar el presidente de EE.UU., Barack Obama, en lo que supone la primera vez en la historia que en campaña electoral ambos candidatos estadounidenses ofrecen entrevistas dirigidas específicamente a la audiencia hispana. Efectivamente, los temas tratados durante la entrevista, de unos 35 minutos, giraron en torno a los asuntos de interés para la población hispana más candentes, como la suspensión temporal de las deportaciones decretada por Obama para los estudiantes hijos de inmigrantes que fueron traídos de niños a este país y que aún están en situación migratoria ilegal.
Al respecto, Romney no quiso decir con claridad si cancelará esa medida, pero sí afirmó que "no vamos a ir por el país haciendo redadas para deportar a doce millones de personas. Esa no es la forma. No me gustan las deportaciones masivas". Su apuesta, explicó, es la de reformar de una forma "permanente" el sistema migratorio, al que calificó de "una pelota política" que ambos partidos se han ido pasando.
"Obama prometió esa reforma, pero nunca presentó un sola propuesta. Yo lo voy a hacer", dijo el candidato, quien aseguró que a él le "encanta" la migración legal, porque "este país vive de la vitalidad de la inmigración", y que quiere que "la gente sepa que puede venir a este país de una forma legal y transparente, sin tener que consultar a abogados". En materia de empleo, y tras recordar que los hispanos acumulan 56 meses con una tasa de desempleo superior al 10 %, apostó por crear puestos de trabajo en el ámbito energético y de comercio exterior y mejorar la formación "para los empleos del mañana".
También abogó por equilibrar el presupuesto, porque es "inmoral gastarnos lo de nuestros hijos", y potenciar los pequeños negocios, donde los hispanos tienen una gran participación. Por lo que se refiere al plan de cobertura médica impulsado por Obama, conocido como "Obamacare", apostó por permitir que cada estado desarrolle su propio sistema: "El Gobierno federal no puede decidir qué tipo de cobertura sanitaria vas a tener; hay que dar la elección a los individuos".
Durante la entrevista también hubo tiempo para hablar de la homosexualidad y el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio, algo en lo que Romney sí fue muy claro. "Los individuos deben poder seguir adelante con su relación de amor y respeto para tener su familia como ellos quieran, pero a mí me gustaría que el término matrimonio estuviera asociado a una relación entre un hombre y una mujer", explicó. Preguntado sobre qué opinaría si alguno de sus hijos fuera homosexual y se quisiera casar, el candidato bromeó diciendo que todos ellos están ya casados, así que "me extrañaría bastante".
Otro asunto de interés entre la población hispana es el estatus del español en este país, para lo que también fue claro y dijo, parafraseando al gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, que "el español es el idioma de nuestra herencia y el inglés el de la oportunidad". "El inglés es el idioma del Gobierno de este país y es el que lo ha sido por más tiempo. Hay que enseñar inglés a nuestros hijos para que puedan aprovechar la oportunidad asociada a este idioma", afirmó el político, quien insistió en que eso no quiere decir que sea bueno conocer varios idiomas.
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En materia educativa, Romney insistió en la importancia de la educación y de tener buenos profesores, por lo que se dijo partidario de "pagar más a los mejores maestros" y evitar que "sean los sindicatos los que nos digan cómo tenemos" que retribuirlos.