Tras una noche oscura en miles de ciudades ucranianas, Kiev teme un invierno frío y sombrío en el país. Las tropas del Kremlin tienen un nuevo objetivo: las infraestructuras energéticas de Ucrania. Los bombardeos que han activado las alarmas antiaéreas en todo el territorio desde el pasado lunes se han dirigido, principalmente, a infraestructuras clave para garantizar el suministro energético este invierno. De hecho, el presidente ucraniano afirma que en ocho días, desde que el Kremlin incrementó su ofensiva por la destrucción del puente de Crimea, Rusia ha acabado con el 30% de las centrales eléctricas del país.
Kiev apunta a estos movimientos como la última estrategia de Putin para "congelar" a los ucranianos este invierno. Este martes, uno de los misiles de las tropas rusas penetró en una central térmica de la capital situada al oeste del río Dniéper, acabando con la vida de tres empleados. Según el alcalde, Vitaliy Klitschkó, como consecuencia unas 83.000 familias se quedaron temporalmente sin electricidad y el suministro de agua quedó limitado en gran parte de las viviendas colindantes.
Diversas autoridades ucranianas han informado de ataques en otras plantas energéticas, como la central térmica de Kurajovo, en Donetsk, una planta energética Vinitsa o una infraestructura en Dnipró, de la compañía DTEK Energo. Los bombardeos sobre esta última causaron cortes de electricidad y agua, al igual que en la región de Yitomir, al oeste de Kiev, donde 11 localidades se han quedado sin luz.
La lluvia de misiles se ha repetido en la última semana por todo el país. Centro, norte y sur han sufrido el impacto de la guerra en edificios civiles y sistemas energéticos, resultado afectadas algunas de las ciudades más importantes , como Kiev, Sumy, Donetsk, Dnipró, Vinnytsia, Zhitómir, Járkov, Krivói Rog, Mykolaiv y Zaporiyia.
En total, entre el 7 y 18 de octubre, Rusia ha efectuado al menos 190 ataques masivos contra 380 objetivos energéticos y civiles en 16 regiones ucranianas, según ha indicado el portavoz del Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, Oleksandr Khorunzhy. En este periodo han fallecido más de 70 ucranianos y 240 han resultado heridos. Además, unas 4.000 localidades de 11 regiones diferentes han sufrido cortes de electricidad.
El auge de estos ataques es proporcional al descenso de las temperaturas, en algunas zonas ya por debajo de los 0ºC. En Kiev, la capital, las temperaturas invernales se extienden durante casi medio año.
Ante la violenta ofensiva, el presidente ucraniano, Volodirmir Zelenski, ha pedido a los ciudadanos que reduzcan su consumo de electricidad y, en concreto, que hagan un uso "consciente" de la misma entre las 17:00 y las 23:00 horas, las horas de oscuridad, con el objetivo de que se estabilice el sistema energético. "Todos y cada uno de los que siguen estas reglas simples para las horas pico están ayudando a todo el país", ha asegurado el presidente en plena crisis energética derivada de los ataques del Kremlin.
El jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, ha apuntado que "congelar a los ucranianos" es uno de los objetivos de Putin, que pretende dejar a la población "sin luz ni calefacción". Precisamente en este marco, este miércoles se celebrará una reunión general para analizar la situación.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha calificado la destrucción masiva de la infraestructura energética ucraniana como "actos de puro terror" que equivalen a crímenes de guerra: "Esto marca otro capítulo en una guerra que ya es muy cruel. El orden internacional es muy claro. Estos son crímenes de guerra. Los ataques dirigidos a la infraestructura civil con el objetivo claro de cortar el agua, la electricidad y la calefacción a hombres, mujeres y niños con la llegada del invierno son actos de puro terror y tenemos que llamarlo así", ha aseverado en declaraciones ante el Parlamento Europeo.