El parlamento ruso ha prohibido a las mujeres manifestar su decisión de no tener hijos. Lo ha hecho con una ley que incluye multas que van desde los 4.000 euros en caso de particulares y de 50.000 euros para las empresas. Asimismo, en el caso de que sea extranjera, será deportada. Las mujeres no podrán comunicar su deseo ni en una conversación informal, ni en un libro, ni en una película. Solo existen tres excepciones para la exoneración de esas sanciones: motivos religiosos, médicos, o en caso de violación.

"Muchas de nuestras abuelas y bisabuelas tenían ocho o más niños", ha declarado el presidente ruso, Vladímir Putin, como parte la narrativa que pretende instaurar para fomentar el aumento de la natalidad. De hecho, en la norma aprobada en las últimas horas se recoge la prohibición y limitación de "la distribución de contenido destructivo que promueva el rechazo a tener hijos".

De esta manera, el Kremlin tendrá autorización para perseguir la publicidad en la que no haya presencia de niños; el contenido publicado en redes sociales; la información en medios de comunicación, así como las películas y libros.

El Ejecutivo ruso ha equiparado esta decisión a la pedofilia y pasa a formar parte de la lista de colectivos perseguidos, entre los que se encuentra el movimiento LGTBIQ+. "Debemos entender que no habrá país sin niños", ha señalado Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma. Además, el nuevo dictamen prohíbe la adopción de menores rusos a países que permiten la transición de género, como es el caso de España.