La torre de Dharahar, uno de los principales atractivos trurísticos de Nepal, se ha derrumbado con varias personas en su interior durante el seísmo y ha quedado totalmente destrozada. Otros edificios emblemáticos y templos hinduístas también han quedado reducidos a escombros. Todo un mazazo para la economía nepalí que tiene en el turismo su principal fuente de ingresos.