El canal de Panamá ha limitado temporalmente el número de nuevos espacios de pasaje reservados para ayudar a aliviar un cuello de botella de barcos que esperan transitar sin reserva. La autoridad de la vía fluvial ha indicado que han decidido tomar esta medida debido a la sequía.
Las autoridades anunciaron hace unos días la entrada en vigor de nuevas restricciones al tránsito de buques. De esta forma, se ha reducido el número de permisos diarios de 16 naves al día a 14. El motivo principal es que esta gigantesca infraestructura que conecta los océanos Atlántico y Pacífico requiere de una gran cantidad de agua para operar, unos 193 millones de litros para cada uno de los cerca de 12.000 tránsitos anuales que se producen.
Una decisión que ha provocado un atasco de embarcaciones comerciales que buscan pasar por el canal, uno de los pasajes comerciales más concurridos del mundo. Las empresas, que normalmente usan la vía fluvial, buscan ahora rutas alternativas, según ejecutivos y datos.
Hay más de 130 buques varados en el canal de Panamá que tienen que esperar entre nueve y 11 días para cruzarlo. Ricaurte Vázquez, administrador del Canal de Panamá, reconoce al respecto que "nunca ha habido una situación de esta criticalidad en la historia del canal".
En este sentido, Eduardo Zegarra, investigador, indica que, "normalmente, hay en espera entre unas 60 y 70 embarcaciones, mientras que en los últimos días esa cantidad ha aumentado". "Panamá es un país donde la lluvia muy intensa, es un país de clima tropical y ellos vienen atravesando una falta de lluvias, una sequía que ya lleva dos o tres años", subraya el experto.
El canal de Panamá es una de las vías marítimas más importantes, ya que supone un 6% del comercio mundial. "Para pasar de un lado a otro, los barcos tienen que transcurrir por dos lagos importantes de Panamá que se abastecen de la lluvia, y de esos lagos también se obtiene agua para abastecer a la mitad de la población de Panamá", explica Zegarra.
Por su parte, Mar Gámez Ramírez, abogada experta en Derecho Mercantil Internacional, destaca que el canal "no llega a los niveles necesarios para operar normalmente, lo que ha hecho que se reduzca el número de buques que pueden pasar, que pueden operar a diario y la carga que pueden llevar".
Pérdidas de 200 millones de dólares anuales
Las pérdidas para el propio canal serán de 200 millones de dólares anuales. Las navieras también sufren económicamente el atasco. Incluso se han abierto subastas para ver quién cruza primero. "Pagan cantidades enormes para poder pasar. Están recurriendo a este sistema o a vías alternativas, como el Canal de Magallanes, aunque tarde a lo mejor diez días más", apunta Mar Gámez Ramírez.
La situación actual hará que se incrementen los precios y va a provocar una crisis mundial de demanda. La abogada experta en Derecho Mercantil indica al respecto que "los productos que iban de Estados Unidos a China están siendo bastante más altos". "Creo que han subido hasta un 35% ya", subraya.
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Las soluciones no son fáciles, pero sí costosas, y entre ellas se encuentra el mejorar la gestión del agua, traerla desde otra cuenca o abrir rutas a través de otros países. Ante esto, Eduardo Zegarra defiende que "el mundo tiene que empezar a reducir el uso de medios de transporte de tanta distancia". "Precisamente, estos problemas climáticos por todo el mundo tienen que ver con este modelo de crecimiento económico", afirma el experto sobre un problema que empeorará en el futuro.