Los equipos de rescate trabajan sin descanso y con pocos medios entre los escombros en Nepal. Ya hay confirmados 3.733 muertos y se teme que la cifra final sea mucho mayor. Hay zonas del país a las que todavía no ha podido llegar la ayuda y la destrucción sólo se puede comprobar desde el aire. En las calles hay miedo a nuevos temblores y escasez de productos básicos. Los testigos cuentan que están pasando momentos angustiosos.