Después del discurso de Hollande se vivió un silencio total en ese patio de armas de los Inválidos que sólo se ha roto cuando ha empezado a sonar la Marsellesa. Uno a uno se han leído los nombres de todas las víctimas, mientras que a los familiares, en cambio, se les ha protegido en todo momento y no se han emitido imágenes de ellos.