Suecia no ha tomado medidas extraordinarias para la pandemia del Covid-19. Los restaurantes y los negocios continúan abiertos y sin aforo limitado, las reuniones con amigos, los paseos por parques y las calles llenas siguen siendo habituales.
De hecho, en el país nórdico es difícil ver a gente con mascarilla. Su uso es voluntario, recomendable, igual que el distanciamiento social.
Sin embargo, Suecia es el país de Europa con la mayor tasa de letalidad per cápita en los últimos siete días. El país registra 365 muertes por millón de habitantes, cuatro veces más fallecidos que en Dinamarca (94 muertes por millón de habitantes), siete veces más que en Finlandia (54 muertes por millón de habitantes) y ocho más que en Noruega (43 muertes por millón de habitantes), sus países vecinos.
Unas cifras que han acentuado las críticas y la desconfianza de estos países hacia el país nórdico. Finlandeses, noruegos y daneses se encerraron en sus casas, bajaron las persianas de los negocios y aplicaron restricciones al comienzo de la pandemia, y ahora han decidido mantener las fronteras cerradas con Suecia por temor a abrirlas justo cuando se empieza a plantear la movilidad entre países.
El primer ministro del país nórdico, Stefan Löven, ha asegurado que el modelo que está siguiendo Suecia "está basado en la confianza entre los legisladores, las autoridades y los ciudadanos".
El modelo se ha basado en no decretar ningún confinamiento ni cuarentenas. Suecia tampoco ha cerrado sus fronteras a ciudadanos del espacio Schengen ni ha paralizado la actividad económica; solo ha aplicado cierres muy concretos, como el de las peluquerías. La mayoría de las escuelas han permanecido abiertas y se han prohibido las concentraciones de más de 50 personas o las visitas a residencias de ancianos.
Una estrategia que algunos expertos califican de experimento, pero que insiste en defender el epidemiólogo que asesora al ejecutivo sueco. Anders Tegnell, jefe de la Agencia de Salud Pública de Suecia, ha asegurado que se ha intentado "realizar una aproximación más realista que otros países del entorno".
Para Trump el 'relax' sueco no es exportable. A su juicio, seguir ese modelo provocaría dos millones de muertes en el país que preside.
En cambio, la Organización Mundial de la Salud cree que puede ser el "modelo del futuro" si la población actúa de manera responsable.