Las farmacias francesas han comenzado ya a hacer pruebas de antígenos a los ciudadanos que acuden a ellas, algo a lo que España abrió la puerta ayer, convirtiéndose en el modelo a seguir a la hora de implantar este sistema.
Lo fundamental es establecer 'circuitos COVID' seguros, de tal manera que los casos sospechosos de coronavirus o la gente que quiera hacerse la prueba no tenga que mezclarse con los clientes habituales de las farmacias.
En el caso de Francia, muchas farmacias han optado por instalar junto a sus locales carpas abiertas en las que poder hacer el test nasal de antígenos a los ciudadanos. Lo fundamental es tener los dos espacios separados, para no poner en peligro a posibles grupos de riesgo.
Otras farmacias, dependiendo de sus posibilidades, optan por establecer los corredores en el interior de las farmacias, en salas contiguas que permanezcan vacías.
Quienes hacen la prueba pueden ser farmacéuticos en horarios específicos o estudiantes en prácticas, a quienes no se les exige una formación en particular. Las pruebas son gratuitas para los ciudadanos.
Por su parte, en Estados Unidos, las autoridades reguladoras han aprobado el primer test rápido que puede hacerse en casa uno mismo. Por cuarenta euros, consigues un resultado en treinta minutos.
En España, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pidió ayer a las comunidades un plan detallado sobre cómo llevar a cabo estos test en las farmacias, después de que comunidades como Madrid o Cataluña lo hayan solicitado.