La Corte de Apelaciones Criminales del estado de Texas ha detenido la ejecución de Jeffrey Wood, de 43 años, condenado en 1996 por un robo en el que él no mató a nadie. Por siete votos a favor frente a dos en contra, el tribunal ha suspendido la ejecución del hombre, para el que estaba programada una ejecución por inyección letal, según ha informado 'The Dallas Morning News'.
Su caso ha atraído la atención porque, a pesar de estar involucrado en el robo, Wood no fue la persona que apretó el gatillo en una gasolinera, matando al empleado Kris Keeran, durante el atraco, que tuvo lugar en Kerrville. Él y un amigo, Daniel Reneau, llevaron a cabo el robo durante la mañana del 2 de enero de 1996. Wood estaba esperando junto a una camioneta, cuando Reneau disparó contra el empleado.
Ambos fueron condenados a la pena capital, en virtud de un estatuto estatal conocido como 'la ley de las partes', que indica que los participantes de un asesinato son igualmente culpables. Su compañero, fue ejecutado hace ahora 14 años. Durante los últimos años, se han planteado serias dudas sobre la competencia mental del acusado, así como sobre la justicia de su juicio.
El texto del tribunal apunta a que la sentencia de muerte de Wood se ha fijado en base a un testimonio falso, así como a pruebas científicas erróneas. Se refiere específicamente al testimonio de James Grigson, un psiquiatra que certificó a Wood como una riesgo a la seguridad nacional si se le permitía seguir con vida.
Grigson, que falleció en 2004, era conocido como el 'doctor Muerte', debido a los numerosos casos en los que testificó alegando una posible amenaza para la sociedad de varios condenados, llevándolos a ser ejecutados. En varias ocasiones, el doctor expresaba sus conclusiones sin ni siquiera haber examinado personalmente a los sujetos. Precisamente esto fue lo que ocurrió con Wood: Grigson determinó que Wood era un peligro para la sociedad estudiando un perfil preparado por el propio estado.
El caso de Wood ha sido devuelto al tribunal, en el condado de Kerr, para que examine la queja de Wood en torno a la persuasión a la que se vio sometido el jurado por el testimonio de Grigson. Si bien esto podría revocar su sentencia a muerte, no se le exculpará del delito.