La canciller alemana, Angela Merkel, ha reconocido los avances realizados por Grecia para hacer frente a los desafíos de su economía, pero ha recordado que no va a superarlos "de la noche a la mañana" y que a otros países que han tenido problemas "les ha llevado décadas levantarse".

En una comparecencia conjunta con el primer ministro griego, Antonis Samaras, Merkel ha recalcado que no existe ninguna solución que sea "la panacea" y ha reconocido que los griegos tienen un camino por delante "duro y difícil". Aún así, confió en que el esfuerzo "va a tener su recompensa" y culminará "en el éxito".

En este sentido, ha recalcado que, pese a los "grandes éxitos alcanzados ya", queda "mucho por hacer" y aseguró que ambos países van a seguir colaborando de forma "cercana". A este respecto, recalca que a un país de la eurozona le vaya bien es "de interés común" y añadió que si uno tiene problemas, "el resto se ve afectado".

Asimismo, ha asegurado que es consciente del periodo que están atravesando los ciudadanos griegos y del sufrimiento que están padeciendo, aunque subrayó que sin las medidas adoptadas "la situación sería mucho más dramática que ahora".

La canciller alemana ha incidido además en que no ha acudido a Grecia "como profesora para hacer un examen" sino como socia y amiga para expresar su apoyo a un país que está atravesando un "camino difícil". "Tenemos que ayudar a los griegos para que sus ciudadanos tengan oportunidades".

En este sentido, ha defendido que Alemania hará todo lo posible para que las pequeñas y medianas empresas helenas tengan acceso al crédito y para que se sepa lo antes posible a donde se van a asignar los fondo estructurales para que haya más certidumbre y credibilidad y se pueda estabilizar la situación de Grecia "lo antes posible".

Preguntada por cuando estará el informe de la 'troika' -la CE, el BCE y el FMI- que permita desbloquear el siguiente tramo de la ayuda, la canciller ha incidido en que es "más importante que las cosas se hagan bien a que se hagan rápido", y remarcó que están trabajando "con todas sus fuerzas" para que llegue ese dinero que necesita la economía helena. 

Por su parte, el primer ministro griego,  Antonis Samarás, asegura que "Grecia está decidida a llevar a cabo las reformas necesarias para acabar con la crisis", aunque pidió "un poco de oxígeno". "Le he explicado que el pueblo griego sufre y que no pide más dinero, sino un poco de oxígeno", afirma.