El plan, impulsado por el secretario del Interior Ryan Zinke y considerado por los ecologistas como inhumano, le daría a los administradores estatales la discreción de decidir qué tipo de métodos de caza de osos están permitidos en 8 millones de hectáreas de reservas nacionales en Alaska.
La práctica de usar cualquier cosa, desde rosquillas rancias, beicon y comida para perros empapada en miel para atraer a los osos hasta los cazadores para dispararles más fácilmente, fue prohibida en las reservas de Alaska en 2015 por el Servicio de Parques durante la presidencia de Barack Obama.
La agencia determinó entonces que el hostigamiento de osos era biológicamente inseguro e "incompatible con la ley federal que autoriza la caza deportiva en reservas nacionales en Alaska".
La regla de 2015 también prohibió a los cazadores deportivos, por motivos similares, usar iluminación artificial para entrar en las densidades de osos negros, una forma de sorprender a los animales adultos y sus cachorros.
La propuesta de Zinke también levantaría esas restricciones para permitir que el Departamento de Pesca y Caza del estado establezca reglas de caza y captura según lo considere apropiado dentro de las reservas nacionales, según Peter Christian, portavoz del Servicio de Parques.
Se cree que los osos pardos son unos 30.000 en todo Alaska, mientras que se estima que 100.000 osos negros deambulan por el estado, de acuerdo con los datos de Fish and Game.
Los grupos ambientalistas denunciaron la propuesta como "poco ética y cruel", y dijeron que las prácticas de caza y captura en cuestión también son perjudiciales para la dinámica natural de depredador-presa.
"El Departamento del Interior bajo el Secretario Zinke está permitiendo la guerra de Alaska contra los osos y lobos en las reservas nacionales", dijo Jim Adams de la Asociación de Conservación de Parques Nacionales.