Todo un derroche de testosterona. Donald Trump ha vuelto al Madison Square Garden para asistir a un combate de MMA, un evento en el que ha querido volver a celebrar su victoria electoral.

Junto a su amigo Dana White y custodiado por su fiel séquito de los hombres más conocidos de su administración, Donald Trump ha entrado triunfal a un Madison Square Garden que le esperaba ansioso.

El magnate se ha entregado a sus seguidores. Un baño de masas que ha sido un regalo de White, empresario de la UFC, para celebrar su victoria electoral. A su lado, una persona que se ha vuelto su inseparable, Elon Musk.

Una noche de combate entre amigos que han querido inmortalizar para el recuerdo y que ha acabado con otro regalo para Trump, el del campeón de la noche dedicando su victoria con el baile del verdadero protagonista.

Una fiesta a la que han acudido en avión. Como siempre, pegado a Trump, Elon Musk, frente a ellos su hijo y Robert Kennedy Junior. En segunda fila, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.

Además, en la instantánea que han compartido se puede ver cómo decidieron cenar McDonald's, pero al estilo del magnate: con cubertería dorada.

Mientras Trump se pasea con su séquito, suma a su futura administración un nuevo escándalo. Su nuevo responsable de Defensa, Pete Hegseth, pagó el silencio de una mujer que en 2017 iba a demandarle por agresión sexual. Según sus abogados, fue todo consentido, pero dicen que Hegseth pagó para no truncar su carretera televisiva.