Ser Donald Trump le gustaba, ser el presidente Trump, no tanto: "Echo de menos mi antigua vida. Me gusta trabajar, eso no es un problema, pero esto es más trabajo y aunque ya tenía poca privacidad en mi vida, porque, ya sabes, llevo bastante tiempo siendo famoso, esto es mucha menos privacidad de la que jamás haya visto. Tienes una protección tan masiva que no puedes ir a ninguna parte".
Reconoce que la tarea es más difícil de lo que pensaba: "Me encantaba mi vida anterior. Me pasaban tantas cosas. De hecho, ahora tengo más trabajo que en mi vida anterior. Creí que sería más fácil". No es fácil ni divertido: "Solía gustarme salir a restaurantes, aunque la gente me reconocía. Me gustaba conducir. Ahora ya no puedo hacerlo".
Firma órdenes ejecutivas a diestro y siniestro. Lleva 29. Pero Firmar es fácil que negociar. En el congreso no tuvo ni el apoyo de los suyos para la reforma sanitaria. Como firma, tuitea. Denunciando las falsedades de la prensa aunque otros, le acusan a él de ser, junto a Theresa May, los protagonistas de la tierra de las mentiras.