El presidente de EEUU, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se reunirán en mayo en un lugar aún por determinar para explorar una desnuclearización de la península coreana. Emisarios surcoreanos viajaron a Washington para entregarle a Trump el mensaje que les confió en Pyongyang Kim Jong-un: su deseo de reunirse con el presidente estadounidense "lo antes posible".
Para iniciar la negociación con EEUU, el líder norcoreano ofreció suspender sus ensayos nucleares y de misiles balísticos y también se mostró dispuesto a abordar la desnuclearización de la península de Corea.
Contra todo pronóstico, Trump aceptó la reunión que le había ofrecido Kim Jong-un, que será, de producirse finalmente, el primer encuentro de la historia entre mandatarios de Estados Unidos y Corea del Norte. "El presidente Trump agradeció la reunión informativa y dijo que se reunirá con Kim Jong-un en mayo para lograr una permanente desnuclearización", anunció en una breve comparecencia el jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Chung Eui-yong, que lideró la delegación enviada a Washington.
Estados Unidos no concretó todavía el lugar de la reunión, pero una posibilidad es que ocurra en la frontera intercoreana, al ser considerado territorio neutral. De hecho, Kim Jong-un se reunirá en abril en esa misma zona con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, según acordaron los emisarios surcoreanos este lunes en Pyongyang.
En la Casa Blanca, Chung Eui-yong mostró el optimismo compartido con Trump sobre "proseguir un proceso diplomático para probar la posibilidad de una resolución pacífica" al conflicto con Corea del Norte. El emisario de Seúl también advirtió que Corea del Sur, EEUU y el resto de aliados mantendrán "la presión" diplomática y económica" hasta que Corea del Norte cumpla sus palabras con acciones concretas".
Una idea que después reforzó Trump en un mensaje en su cuenta de Twitter: "Estamos haciendo un gran progreso pero las sanciones se mantienen hasta alcanzar un acuerdo. ¡Planeando la reunión!. Asimismo, el presidente estadounidense se congratuló de que Kim Jong-un haya ofrecido un diálogo previa suspensión del programa de misiles nucleares y balísticos y que también haya puesto sobre la mesa su desnuclearización.
Washington considera que las sanciones han provocado el cambio de actitud de Pyongyang y manteniéndolas pretende evitar que se repita el fracaso de hace una década de las llamadas conversaciones a seis bandas para la desnuclearización -en las que participaban las dos Coreas, EE.UU., China, Rusia y Japón-. Estas negociaciones quedaron oficialmente suspendidas en 2009 después de que Pyongyang pusiera todo tipo de trabas para que se verificara el estado real de su arsenal e instalaciones nucleares.