Trump, acompañado de su esposa y de los principales responsables de Defensa, ha encabezado por primera vez un aniversario de especial calado en Estados Unidos, que revive de nuevo el pánico vivido 16 años atrás con motivo del impacto de tres aviones contra las Torres Gemelas y el Pentágono y la caída de una cuarta aeronave en Pensilvania.
"Nuestros valores perdurarán", ha proclamado el mandatario durante un acto en la sede del Departamento de Defensa, después de guardar un minuto de silencio en la Casa Blanca coincidiendo con la hora del impacto del primer avión en los rascacielos neoyorquinos.
"Nuestra nación prevalecerá y el recuerdo de nuestros seres queridos nunca jamás morirá", ha dicho Trump, quien ha defendido la fortaleza de Estados Unidos frente a quienes en 2011 querían "incitar el miedo y la debilidad". "No se puede intimidar a Estados Unidos", ha añadido.
En este sentido, ha avisado a quienes lo intenten de que se añadirán a "la larga lista de los enemigos derrotados", con una defensa acérrima del papel de las Fuerzas Armadas frente a la "barbarie". "Nos aseguraremos de que nunca más tienen un refugio seguro para lanzar ataques contra nuestro país. No hay ningún rincón oscuro que no podamos alcanzar", ha apuntado.
El vicepresidente, Mike Pence, se ha desplazado hasta Shanksville (Pensilvania) para honrar a los fallecidos y recordar cómo fueron los minutos "más largos" de su vida, en los que fue evacuado del Capitolio mientras se sucedían los acontecimientos en distintos puntos del país.