El discurso de Tsipras dará comienzo al debate parlamentario de tres días que concluirá el martes con el voto de confianza al nuevo Ejecutivo. Se espera que en su discurso con su equipo económico, Tsipras anuncie un plan de medidas dividido en dos fases.

La primera, de cinco meses, se centraría en combatir la crisis humana, uno de los pilares del denominado programa de Salónica que, entre otros aspectos, contempla ofrecer luz gratuita, vales de comida y bonos de transportes para los más pobres.

Este plan que, según lo calculado por el Gobierno costaría unos 2.000 millones de euros y sería financiado mediante una mejor lucha contra la evasión fiscal, es una de las principales promesas del nuevo Gobierno. Según los cálculos del partido izquierdista Syriza, el Estado griego pierde anualmente 12.000 millones de euros por el contrabando, la evasión fiscal y las deudas a Hacienda.

El programa de Salónica define como objetivo recobrar anualmente 4.000 millones de ese total. En una segunda fase, que se desarrollaría a lo largo del resto de la legislatura, se crearían las condiciones para la aplicación del nuevo contrato social que ha planteado Tsipras. El Gobierno confía en que la línea que esbozará Tsipras en el Parlamento servirá para llegar a un compromiso con Bruselas en la reunión extraordinaria que celebrará el Eurogrupo.

Por ahora, sin embargo, los frentes parecen irreconciliables, pues el viernes el Gobierno insistió en que no quiere solicitar una prórroga del rescate, como lo han exigido los socios de la eurozona a cambio de ayuda financiera, sino que prefiere una inyección financiera que sirva de puente hasta que se llegue a un acuerdo total con los acreedores.