Erdogan ha salvado por la mínima su reforma constitucional, después de que sólo tres puntos le hayan dado la victoria en un recuento ajustado que comenzaba con victoria fácil y que se ha ido complicando. Los partidarios del no celebraban cada punto que le iban recortando al sí, pero al final no ha sido suficiente.
La victoria es importantísima para Erdogan, ya que le permitirá acaparar más poder que nadie en Turquía desde que se fundó la República hace casi un siglo.
Como presidente, podrá nombrar al Gobierno, legislar por decreto o disolver el Parlamento y también nombrar a un tercio de los jueces del mayor órgano judicial del país. La oposición lo ve como un fraude.
En el último momento, la Junta Electoral turca ha decidido dar por buenos votos que no habían sido sellados en las mesas electorales. Un procedimiento que se había establecido para garantizar que las papeletas eran auténticas.
Medios contrarios a Erdogan hablan de otras irregularidades, como la presencia de presidentes de mesa militantes del AKP, el partido del presidente.
El incidente más grave d la jornada se ha producido en un colegio electoral de una zona kurda, donde una discusión ha acabado con un tiroteo que ha dejado tres muertos.