Bombardeos aéreos, como el último en el que han muerto 40 personas, o ataques a la embajada rusa en Damasco, dejarán de producirse.
Putin, el presidente ruso, aliado de Bassar al Assad, ha anunciado una tregua entre el Gobierno sirio y grupos opositores: "Se ha firmado un documento entre el Gobierno sirio y la oposición armada sobre el alto el fuego".
Pero advierte que el alto el fuego se debe respetar. "Comprendemos muy bien que todos los acuerdos alcanzados son muy frágiles y exigen una atención especial y paciencia".
Turquía, como representante de los contrarios de Al Assad, cree que es un gran paso hacia la paz. "Esta oportunidad no debe ser desperdiciada", asegura Erdogan.
Ankara ha mediado, pero ha sido Moscú la clave para atisbar una Siria libre de bombas. Un gran victoria diplomática frente a Occidente.
Según Chema Gil, co-director del 'International Security Observatory', "Putin se ha propuesto ser un líder señalado, significado, que brille con luz propia y prescinde del resto de la comunidad internacional".
Este prometedor acuerdo no incluye a los grupos terroristas como Daesh o filiales de Al-Qaeda. "Turquía continuará luchando contra grupos terroristas como Daesh", añade Erdogan.
El cese de hostilidades supone un avance hacia la resolución política del conflicto, que tras casi seis años ha reducido la población del país a la mitad, con más de 400.000 muertos y 11 millones de refugiados.