La Unión Europea está ultimando detalles de la apertura fronteras el próximo 1 de julio. Los Estados miembros ya han decidido la lista de 15 países cuyos ciudadanos podrán acceder al interior de las fronteras europeas, aunque debe ser refrendada por mayoría cualificada antes de este martes a las 12.00 horas.
Entre estos países estaría China, pero no Estados Unidos, que se ha convertido en el epicentro de la pandemia y el país más afectado, con más de 2,5 millones de contagiados y más de 125.000 muertos.
Por el momento, según ha explicado la ministra de Exteriores, Arancha González Laya en una entrevista en la Cadena SER, se considerarán seguros los países que estén por debajo o a la par de la media de casos de la UE en los últimos 14 días.
Mientras que en Bruselas se llegó a hablar de 20 países, los últimos coletazos apuntan a que serán 15 los Estados que finalmente tendrán las fronteras de la UE abiertas. Según se contempló el viernes, se podrían considerar ciudadanos seguros los procedentes de Australia, Argelia, Canadá, China, Corea del Sur, Georgia, Japón, Marruecos, Montenegro, Nueva Zelanda, Serbia, Ruanda, Uruguay, Tailandia y Túnez. Una lista "precavida" y basada en "criterios epidemiológicos", según la ministra.
En esta línea, González Laya ha explicado que las discrepancias de los países residen en la intención de una apertura mayor o menor, según criterios diplomáticos o con más o menos restricciones. Sin embargo, ha apuntado, España "lo tiene claro": "Esto no es un ejercicio diplomático. Tenemos que ser responsables".
Además, la lista será "revisada de manera periódica", por lo que "se podrá dar marcha atrás", y poco a poco se irán añadiendo otros países. "No es un ejercicio de política exterior, es un ejercicio de sanidad", ha explicado.
González Laya ha reiterado la necesidad de reciprocidad en la recepción de ciudadanos, por lo que en el caso de que China fuera considerado uno de los países "seguros", tendría que aceptar la recepción de viajeros europeos o la apertura será "simbólica", ya que los ciudadanos chinos no podrían regresar a su país en caso de visitar Europa.
Las fronteras europeas se cerraron el pasado 17 de marzo, aunque se mantuvieron abiertas para los ciudadanos de la UE y Schengen y sus familiares, así como los nacionales de terceros países que sean residentes de larga duración en la UE, el personal sanitario y científico trabajando contra la COVID-19, las personas que transportan mercancías, los trabajadores fronterizos y los temporeros agrícolas.
Fin de semana sin acuerdos
En una reunión de embajadores el viernes se acordó aplicar un criterio epidemiológico común a la hora de abrir a esas fronteras a aquellos países con un nivel de contagio similar o inferior a la media de la UE.
Fuera de la lista de 'países seguros' que fijó la UE de forma preliminar quedarían Estados Unidos o Rusia, el país más impactado en Europa, con más de 627.000 infectados y 9.000 muertos; y Brasil, el más afectado de Latinoamérica, con 1,3 millones de contagiados y más de 57.000 fallecidos. Se quedarían fuera asimismo la mayoría de países de Latinoamerica, considerada por la Organización Mundial de la Salud epicentro mundial de la pandemia.
La propuesta inicial de Bruselas para armonizar este proceso era que los países de la UE seleccionasen juntos a qué países debían levantarse las restricciones siguiendo criterios como "la situación sanitaria, la capacidad de aplicar medidas de contención durante los viajes y consideraciones de reciprocidad".
Discusión sobre los países seguros
Las discusiones de los Estados miembros el viernes giraron en torno a si se tiene suficiente información como para tener una visión real de la situación epidemiológica de algunos países y la necesidad de asegurarse de que esos datos son fiables.
Bruselas considera que debe retirarse el veto a los ciudadanos de países cuya situación fuera "similar" a la media europea en cuanto a la cantidad y la tendencia de los nuevos contagios y en su respuesta a la pandemia, esto es, su nivel de vigilancia, testeo, rastreo de contactos y su publicación de datos sobre el avance del virus, entre otros criterios.
Al mismo tiempo, la llegada de turistas extracomunitarios es importante para los países que más dependen del turismo: la UE recibió 500 millones de visitantes de terceros países (la mayoría con destino al sur del continente) que gastaron 342.000 millones de euros en 2016, lo que la convierte en el primer destino turístico global, según datos de la Organización Mundial del Turismo.