Al menos doce personas murieron y 48 resultaron heridas, 18 de gravedad, al ser arrolladas por un camión que irrumpió en un mercadillo navideño del centro de Berlín, en lo que las autoridades tachan de un atentado.
Poco después del atentado, la Policía detuvo a cierta distancia del lugar al sospechoso de ser el conductor del vehículo, que según informaciones coincidentes de distintos medios se trataba de un refugiado que entró en Alemania el pasado febrero como paquistaní. Sin embargo, la Policía duda de que él sea el terrorista.
El camión era de una empresa de transportes polaca, que al parecer había perdido el contacto con sus transportistas sobre las 15.00 GMT. Entre las víctimas mortales estaba el copiloto del vehículo, de nacionalidad polaca, según confirmaron fuentes policiales.
Los hechos ocurrieron en torno a las 20.15 hora local, cuando el vehículo pesado invadió una zona peatonal en la Breitscheidplatz, eje comercial del antiguo sector occidental de la ciudad.
El camión recorrió unos cincuenta metros del tradicional mercadillo y destrozó a su paso puestos de adornos navideños y casetas de comida, mientras arrollaba a numerosos visitantes.
Un total de 48 personas resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad, y fueron trasladadas a diversos centros médicos. Las fuerzas de seguridad diseñaron un amplio dispositivo de seguridad en torno al lugar y pidieron a los berlineses que permanecieran en sus casas y dejaran libres las vías de acceso para las ambulancias y los vehículos de los bomberos.
En la mente de todos estaba el ataque registrado el pasado 14 de julio en Niza, cuando un camión irrumpió en el paseo de los Ingleses tras los festejos de la fiesta nacional francesa, provocando la muerte de 86 personas.
A finales de la semana pasada fue detenido un niño germano-iraquí 12 años en Ludwigshafen (oeste del país), sospechoso de haber planeado un atentado contra un mercadillo navideño de su ciudad.
La canciller alemana, Angela Merkel, expresó su dolor por los muertos y los heridos en un mensaje difundido por su portavoz en Twitter, mientras que el presidente del país, Joachim Gauck, se mostró conmocionado por la "terrible noche" de Berlín.
Los ataques contribuyeron a polarizar el ya de por sí controvertido debate sobre la acogida de refugiados en Alemania, que desde principios de 2015 ha recibido a cerca de 1,3 millones de solicitantes de asilo.