La tregua en Siria entre el régimen del presidente Bachar Al Asad y las distintas facciones rebeldes ha entrado en su recta final sin que las partes hayan podido ponerse de acuerdo para la entrada de ayuda humanitaria para los miles de civiles que viven en zonas asediadas.
El portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Siria, David Swanson, ha asegurado que los cuarenta camiones de ayuda humanitaria de la ONU para los barrios asediados de la ciudad siria de Alepo continúan estancados en la frontera sirio-turca a la espera de recibir "luz verde".
"Desafortunadamente, no hay novedades, seguimos esperando", ha declarado por teléfono el portavoz de la OCHA, que ha calificado de "frustrante" esta situación.
No obstante se ha mostrado "optimista de que todas las partes del conflicto, incluidos los que ejercen influencia, alcancen un acuerdo" antes del fin de la tregua, que concluye al filo de la medianoche de este domingo.
"Estamos listos para salir en cuanto recibamos la luz verde", ha concluido el trabajador de la OCHA. El general Víktor Poznijir, del Estado Mayor ruso ha anunciado, por su parte, que se ha logrado un acuerdo para permitir el paso de un convoy de ayuda humanitaria de la ONU a la ciudad siria de Muadamiya mañana.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, ha destacado que el alto el fuego "no marcha bien" y ha agregado que tras las violaciones registradas, no podía confirmar si la tregua continuaba o no. "Esto deberían confirmarlo los rusos y los estadounidenses", ha destacado.
En las últimas horas, se han registrado violaciones de la tregua en las zonas donde se aplica el alto el fuego, que no ha entrado en vigor en las regiones donde actúan los grupos terroristas Daesh y Frente de la Conquista del Levante, antes conocido como el Frente al Nusra y entonces vinculado a Al Qaeda.
La agencia oficial siria de noticias, SANA, ha informado de violaciones por parte de los grupos armados, a los que ha acusado de lanzar diez proyectiles contra localidades de la periferia septentrional de Hama, así como en Damasco.
El desvanecimiento de la tregua coincide con una mayor tensión entre sus principales patrocinadores, EE. UU. y Rusia.
El responsable militar ruso para el alto el fuego, Vladímir Savchenko, ha denunciado que en las provincias de Alepo y Hama las fuerzas opositoras están tratando de reagruparse aprovechando la tregua y las ha acusado de lanzar 26 ataques en la zona de Alepo, contra zonas residenciales y posiciones del Ejército sirio.
En este sentido, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha pedido a John Kerry, que las fuerzas de EE.UU. se involucren plenamente en el control del alto el fuego en Siria o Washington será responsable de su fracaso.
Según el general Víktor Poznijir, en los cinco días de tregua, "sólo las partes rusa y siria han cumplido sus compromisos; EE.UU. y los así llamados grupos de oposición moderada bajo su control no han cumplido ni una sola de sus obligaciones".
Poznijir ha insistido en que el punto clave en el acuerdo entre Moscú y Washington es que EEUU distinga entre oposición moderada y los grupos como el Frente de la Conquista del Levante y Daesh, algo que todavía no ha cumplido, según Rusia.