El colegio de comisarios europeos celebró una reunión en Viena junto con miembros del Gobierno austríaco, con motivo de la nueva presidencia de la UE, que ejerce Austria desde el 1 de julio. En ella se debatieron las prioridades de los próximos seis meses, entre las que figura la política migratoria, que en las últimas semanas ha acaparado toda la atención europea por la crisis política en Alemania y la actitud hostil hacia la inmigración irregular del Ejecutivo italiano.

Al término de esa cita, Juncker anunció en rueda de prensa, junto con el canciller austríaco, Sebastian Kurz, que propondrá el próximo septiembre adelantar siete años, hasta 2020, el refuerzo de la Agencia Europea de Control de las Fronteras Exteriores (Frontex) para que cuente con 10.000 efectivos más.

"Hemos acordado que en septiembre la Comisión Europea (CE) presentará una propuesta para la protección de las fronteras exteriores", dijo Juncker, quien indicó que el aumento de los efectivos se adelantará, dentro de los esfuerzos para combatir la inmigración ilegal. El presidente de la CE señaló que la idea no es "crear una fortaleza europea", sino reforzar las fronteras externas de la Unión, en particular a través de Frontex, que ahora cuenta con apenas varios centenares de agentes, "cifra que no es muy impresionante", consideró.

En la actualidad el presupuesto anual asciende a unos 300 millones anuales. Por su parte, el canciller austríaco explicó que hay "diferentes dimensiones" para combatir con éxito la migración, entre las que mencionó el aumento de la ayuda y cooperación con África y la protección de las fronteras.