Hungría, principal aliado de Rusia en la Unión Europea (UE) y que desde el 1 de julio ha asumido la Presidencia del Consejo de la UE ha lanzado por boca de su jefe de gobierno, Gergely Gulyás, una clara advertencia en cuanto materia migratoria.

"Si Bruselas continúa queriendo forzar una regulación en Hungría, que no permita detener a los migrantes en la frontera, entonces ofreceremos a cada migrante en la frontera húngara transporte hacia Bruselas voluntario y gratuito", ha declarado en una rueda de prensa Gulyás.

Es el último episodio de una larga serie de cuestionables decisiones, y es que el pasado 14 de agosto, la ONG Comité Helsinki de Hungría pidió al Gobierno húngaro que no elimine las ayudas a la vivienda a aquellos refugiados ucranianos que han llegado de zonas no afectadas directamente por la guerra causada por la invasión rusa. "Centenares de familias refugiadas y con doble nacionalidad ucraniano-húngara se enfrentan al desahucio dentro de una semana", denuncia la oenegé en un comunicado.

El Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán decretó el pasado julio que a partir del 21 de agosto sólo reciban subvenciones a la vivienda los refugiados ucranianos que hayan llegado al país centroeuropeo desde zonas donde haya actividad militar. "El Comité Helsinki considera que moral y jurídicamente es inaceptable que el Gobierno mande a la calle a familias con niños que necesitan ayuda", añade la oenegé.

Ese decreto puede afectar a centenares de familias que huyeron a Hungría de regiones como Transcarpatia, donde antes de la guerra vivía unas 150.000 personas de la minoría étnica húngara, según la ONG. Numerosos ucranianos, entre ellos muchas madres que crían solas a sus hijos, han iniciado reclamaciones legales para poder seguir recibiendo las ayudas.

La ONG pide ahora al Gobierno que espere al menos a que se resuelvan esos procedimientos, en los que el Comité Helsinki actúa a menudo como representante legal. El Gobierno de Orbán, muy contrario a la inmigración, sólo admite peticiones de asilo de ciudadanos de Ucrania, al tratarse de un país limítrofe, y ha afirmado varias veces que más de 1,3 millones de refugiados han llegado a Hungría desde el inicio de la guerra. Expertos señalan que muy pocos de esos refugiados se han quedado en Hungría.

De hecho, el Comité Helsinki dice que sólo 44.000 ucranianos pidieron algún tipo de asilo en Hungría.