El Consejo Europeo (los países de la Unión Europea) y el Parlamento Europeo alcanzaron este martes un acuerdo político provisional sobre una nueva norma que garantizará que siete productos "clave" y sus derivados colocados en el mercado de la UE ya no contribuyan a la deforestación y la degradación forestal en la UE y en otras partes del mundo.
Esos productos son el aceite de palma, ganado, soja, café, cacao, madera y caucho, así como productos derivados, como carne de res, muebles o chocolate. Cuando las nuevas normas entren en vigor, todas las empresas deberán llevar a cabo una "estricta diligencia debida" si colocan en el mercado de la UE o exportan de él productos básicos considerados "clave" en la deforestación mundial, indicaron la Eurocámara y la Comisión Europea en sendos comunicados.
Estos productos básicos se han elegido sobre la base de una evaluación de impacto exhaustiva que los identifica como el principal impulsor de la deforestación debido a la expansión agrícola, aseguró el Ejecutivo comunitario impulsor de esta medida.
Bruselas añadió que este paso ayudará a detener una parte significativa de la deforestación y la degradación forestal a nivel mundial, lo que a su vez reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad.
Este acuerdo llega justo la víspera del inicio este miércoles de la Conferencia sobre Biodiversidad (COP15) en Canadá y que se establece para definir los objetivos de protección de la naturaleza en las próximas décadas.
Sus puntos esenciales pasan por abordar la deforestación independientemente de si es legal o ilegal; estrictos requisitos de trazabilidad que vinculan los productos básicos con las tierras de cultivo donde se produjeron; y un sistema de evaluación comparativa del país.
Una deforestación mayor que el tamaño de la UE
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que 420 millones de hectáreas de bosque, un área más grande que la Unión Europea, se perdieron debido a la deforestación entre 1990 y 2020.
En términos de pérdida neta de área (la diferencia entre el área de bosque talado y nueva superficie de bosques plantados o regenerados), la FAO estima que el mundo perdió alrededor de 178 millones de hectáreas de cubierta forestal en el mismo período de tiempo, que es un área que triplica el tamaño de Francia.
18 meses de adaptación
Con este nuevo y estricto reglamento, los operadores y comerciantes deberán demostrar que los productos están libres de deforestación (producidos en tierras que no fueron deforestadas después del 31 de diciembre de 2020) y legales (cumplen con todas las leyes pertinentes aplicables vigentes en el país de producción). Estos tendrán 18 meses para implementar las nuevas reglas, aunque las pequeñas empresas gozarán de un mayor período de adaptación.
Las empresas también deberán recopilar información geográfica precisa sobre las tierras de cultivo donde se han cultivado los productos básicos que obtienen, de modo que se pueda verificar el cumplimiento de estos productos. Los Estados miembros deben asegurarse de que el incumplimiento de las normas dé lugar a sanciones efectivas y disuasorias.
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Además, esta lista no es fija y se actualizará periódicamente. Las nuevas reglas no solo reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad, sino que también ayudarán a asegurar los medios de vida de millones de personas, incluidos los pueblos indígenas y las comunidades locales de todo el mundo, que dependen en gran medida de los ecosistemas forestales, según Bruselas.