Admitir que manipuló sus vehículos para cumplir los estándares ambientales de Estados Unidos le ha costado a Volkswagen hundirse en bolsa. Las emisiones reales de sus vehículos son 40 veces lo permitido y la multa podría ascender a 18.000 millones de euros. El gigante alemán ya ha parado las ventas de coches con motor diésel de cuatro cilindros en Estados Unidos.