Alemania está siendo el país más solidario ante la crisis de refugiados. Se espera que este año acoja a 800.000 solicitantes de asilo, cuatro veces más que el año pasado. Al mismo tiempo han aumentado las agresiones racistas, sobre todo en la localidad de Heidenau. Allí se ha llegado a suspender temporalmentre el derecho de reunión para evitar protestas xenófobas contra la llegada de refugiados.