Las declaraciones de ACNUR llegan después de los últimos acontecimientos en la valla de Ceuta, el sábado 10 de septiembre. ACNUR ha comprobado en el material audiovisual publicado en los medios que "se habrían empleado métodos violentos contra personas de origen subsahariano que eran devueltas a Marruecos tras permanecer varias horas encaramadas en la valla".
En este sentido, reconoce la legitimidad de los Estados para proteger y vigilar sus fronteras, pero ha considerado esencial que se lleve a cabo en un ambiente libre de violencia y con pleno respeto a los derechos humanos. A través de un comunicado, ACNUR ha recordado además que la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados no limita la posibilidad de pedir asilo a las personas en necesidad de protección internacional, en función del modo o el lugar por el que entran en un país, sea de forma regular o irregular.
Por otro lado reitera que la enmienda a la Ley de Extranjería no avala las devoluciones automáticas sin garantías como lo han hecho el Consejo de Europa, diversos Organismos Internacionales, la Oficina del Defensor del Pueblo, instituciones y juristas de reconocido prestigio.
El organismo apunta que el número de refugiados y desplazados por conflictos de los países de Africa subsahariana supera los 18 millones de personas según el último informe estadístico 'Tendencias Globales'.
En este sentido, apunta que, siendo Ceuta y Melilla las únicas fronteras terrestres de la UE con Africa, es evidente que podría haber refugiados entre quienes protagonizan los intentos de entrada en España por la vallas de estas ciudades. Además, señala que la falta de alternativas legales y las dificultades existentes para el acceso de estas personas por los pasos fronterizos habilitados para solicitar asilo, les deja las vallas y las pateras como únicas opciones.