En algunas imágenes se puede ver a Arcadio Mateo, exdirector general de Acuamed, luciendo cabellera solo meses después de no poder presumir de darle mucho al peine.
Un cambio de look que fue cortesía de las empresas beneficiadas en la presunta trama corrupta según cuenta el juez Velasco en el auto de prisión provisional, que explica que las empresas también pagaban esos favores con otros regalos como viajes o coches.
Pero además, el juez apunta a las altas esferas del ministerio de Agricultura y sus pactos con la cúpula de FCC. Uno de ellos es Federico Ramos de Armas, actual subsecretario de Estado de Presidencia, exsecretario de Estado de Medio Ambiente y por ello, expresidente de Acuamed hasta junio de 2015.
Con él como presidente se concedió a FCC y a otras constructoras una de las obras en el punto de mira, la correspondiente a la desaladora de Bajo Almanzor.
A esa desaladora le afectó una riada que la deja inservible y, aunque las constructoras tenían que hacerse cargo de los daños, Arcadio Mateo acuerda que lo paguen. Sin embargo, dijo que se les devolverá más adelante, inflando otra obra, la de la descontaminación del pantano de Flix.
El tejemaneje aparece incluso en los presupuestos generales de 2015, en el que se incluye un sobrecoste de más de 36 millones de euros, aunque la trampa al final no se ejecutó para evitar el escándalo al conocerse la denuncia del exempleado que destapó la trama.
Por todo esto, Velasco no tiene duda, los implicados actuaban como una organización criminal.