Una vez más, las amistades peligrosas le complican el camino a Rajoy, y el último ha sido Alfonso a Rus, a quien hace unos años se dirigió el presidente con un efusivo "te quiero, coño".
Antes hacía suyos los logros de Rus, y ahora puede pasarle lo mismo con sus fracasos, porque Albert Rivera se aleja después de afirmar que el presidente en funciones "ya no puede liderar una lucha contra la corrupción". Las líneas rojas frente a la corrupción de Ciudadanos se siguen ensanchando, pero nos populares no se rinden y siguen apostando por su líder, como dejó claro Soraya Sáenz de Santamaría.
Mientras, en el PSOE, Felipe González hace de mediador y según algunos medios quiere que Sánchez dé un paso atrás y deje gobernar al PP con Ciudadanos.
Aunque el líder socialista parece hacer oídos sordos, afirmando que "con el partido de la corrupción" no va a hablar "ni por activa ni por pasiva". No obstante, aunque sea para decirle no, no se niega a hablar, asegurando que sí se reuniría con Rajoy si se lo pide.
También mete baza en contra de un PSOE facilitador del gobierno popular Pablo Iglesias, que en Onda Cero ha recordado que "la mayoría de los votantes socialistas prefiere a Podemos que al PP".