Sin saber lo que se le venía encima, Ana Botella posó, radiante, para una revista española tres días antes de la tragedia del Madrid Arena. Se fotografió con tres modelos diferentes y respondió a poco más de 20 preguntas fiel a su estilo, sin intención de mojarse demasiado.

Quizás hay una excepción, una salida poco habitual en el discurso de la alcaldesa. Reconoce que Rajoy está incumpliendo su programa electoral: "Está tomando medidas diferentes a las que prometió porque el escenario era distinto al previsto" reflexionaba Botella.

La mujer de Aznar ha querido reflejar la imagen de una mujer a la que no le atrae el poder: "No tengo sensación de poder. El poder político, en la actualidad, tiene muchos límites y controles". Reconoce la alcaldesa que en su anterior etapa como concejala gobernaron como si el dinero no se fuera a acabar nunca. Pero las críticas, no le afectan demasiado. "Hay que contar con la crítica, pero no vivo ni esclava ni pendiente de ella. Lo que ahora me importa es estar tranquila conmigo misma. Aunque hacemos cosas mal, es injusto como se trata a veces a la clase política".

Ese maltrato a menudo tiene que ver con la negativa a responder las preguntas que le hace la prensa. También en la entrevista para la revista. "Ha habido alguna pregunta a la que no me ha querido contestar, y tenía bastante cuidado en no cometer ningún error", cuenta la redactora.

Mi marido es mi principal punto de referencia

Se abstiene la alcaldesa madrileña de hablar sobre su relación con Esperanza Aguirre. Una relación política que ha sido puesta en entredicho desde hace tiempo, y más desde sumar su firma a las voces que se alzan contra la privatización de La Princesa. Según la expresidenta, este asunto está zanjado: “No quiero ser alcaldesa de Madrid”.

La parte entrañable de la entrevista llega cuando aparece el apellido Aznar: "Mi marido es la persona más importante de mi vida, sin duda. Es mi principal punto de referencia. No concibo la vida sin mi marido". Una vida muy intensa en la que ambos han tendido que reinventarse.