Fueron 48 horas de agonía, millones de españoles salieron a la calle ante el ultimátum de ETA. O el Gobierno sucumbía a su chantaje de acercar al País Vasco a los presos de la banda o el concejal Miguel Ángel Blanco moriría. ETA cumplió su macabra amenaza. El asesinato de Miguel Ángel Blanco el 13 de julio de 1997 marcó un antes y un después en la sociedad vasca, unida.

17 años después, en Ermua recuerdan al edil con una ofrenda floral frente al monumento por las víctimas del terrorismo. En un emotivo discurso, Mari Mar Blanco ha hablado de su hermano. Su muerte, ha dicho, no ha sido en vano.

En Madrid, la alcaldesa, Ana Botella, ha inaugurado un jardín que lleva su nombre. “Existió la reacción decisiva de la sociedad española”, ha declarado. Miguel Ángel Blanco tenía 29 años. Un duro golpe para su familia y para la sociedad entera.