Delito fiscal cometido durante el año 2007. El informe de Hacienda es claro y la imputación inminente. Los datos sobre las cuentas del Duque muestran que pudo defraudar más de 120.000 euros en el ejercicio de 2007. 

Y aunque no lo parezca ha tenido suerte. Porque aunque los investigadores están convencidos de que ese delito exisitió también en 2004, 2005 y 2006, ya estarían prescritos.

Va a ser un trabajo duro, porque casi es más fácil enumerar los delitos de los que no se va a acusar a Urdangarin, que los que se le imputan. Al delito fiscal se unen otros cinco, empezando por prevaricación. Urdangarin y su socio Diego Torres consiguieron contratos millonarios sin que mediaran concursos de por medio. Bastó con su título y su pertencencia a la Familia Real 

El fraude a la Administración se gestó en Valencia y Baleares. El Duque y Torres firmaron contratos irregulares por casi 6 millones de euros con los gobiernos de Camps y Matas Y eso que la mayor parte de los servicios facturados ni siquiera se prestaron. De ahí viene su cuarto delito: falsedad documental. Los socios justificaron esas cifras millonarias con facturas falsas. Ni los conceptos, ni las fechas y ni siquiera las firmas corresponden a la realidad.

La malversación es su quinto delito. Todos esos contratos, y todos esos millones, firmados y facturados por un instituto sin ánimo de lucro. Pero esta no sería una historia completa sin un delito de blanqueo de capitales para completar la lista. Seis delitos y un exsocio despechado: mala combinación que pone muy negro el futuro para el duque de Palma.