Apenas quedan 24 horas para la investidura, previsiblemente fallida, de Alberto Núñez Feijóo. El candidato 'popular' llega sin los apoyos suficientes para gobernar y agotando su tiempo clamando contra una hipotética ley de Amnistía que asegura que otorgará a Pedro Sánchez la llave del Gobierno.
Apenas dos meses más tarde de la amarga victoria de Alberto Núñez Feijóo en las elecciones generales del 23J, los números confirman lo que aquella noche auguraban los semblantes. La madrugada de aquel 24 de julio ya se podía vislumbrar un fracaso electoral que hoy es más evidente: Feijóo solo tiene el apoyo de 172 parlamentarios y no hay señales de que en estas últimas horas pueda sumar los cuatro escaños necesarios para alzarse presidente del Gobierno.
Tras congregar este domingo entre 40.000 y 60.000 personas en la madrileña plaza de Felipe II, el líder 'popular' juega sus últimos cartuchos apelando a los "socialistas incómodos" con las negociaciones con el independentismo para sumar junto a Vox, Coalición Canaria y UPN para poder sacar adelante su investidura. Un escenario que, trasel 'no' rotundo de los barones más díscoloscon Pedro Sánchez, parece bastante improbable.
Finaliza así un largo periodo de negociaciones en las que el líder del PP ha tratado de llegar a consensos con Vox, pero también con diversos grupos independentistas e incluso con el propio PSOE para alcanzar un pacto de Estado tras cuatro años en los que el discurso de los 'populares' ha sido especialmente duro contra el hasta ahora presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Dos meses de equilibrios
Ni PNV, ni Junts... si la aritmética de las urnas ya era compleja, en estos dos meses el PP tampoco ha logrado dar un vuelco a los números. La polémica comenzó con la decisión de Feijóo de mantener contacto con todos los grupos parlamentarios excepto con EH Bildu. El líder del PP catalán, Alejandro Fernández, criticó abiertamente que su formación pudiera dialogar con Junts.
Tras varios días y escudándose en la exigencia de amnistía que Carles Puigdemont hizo para investir presidente, Feijóo dio marcha atrás a la idea de reunirse con los independentistas catalanes. Sin embargo, en el PP ya había habido contactos, aunque no formales, con Junts.
Este distanciamiento con el independentismo catalán se sumaba al ya anunciado 'no' del PNV. Los nacionalistas vascos avisaron prácticamente desde la noche electoral de que no darían su apoyo "ni efectivo ni tácito" a un Gobierno del PP que necesite de los votos de Vox.
Las opciones se agotaban, y Feijóo jugaba una carta arriesgada. El líder del PP pasó de sostener en campaña que el PSOE no era un partido de Estado a ofrecer, sin éxito, a Pedro Sánchez un acuerdo entre los dos grandes partidos para que el PP gobierne, poner en marcha pactos de Estado en un periodo de dos años y después convocar elecciones.
A pesar de intensificar su llamamiento aprovechando las críticas a la amnistía por parte de líderes históricos del PSOE como Felipe González o Alfonso Guerra a las negociaciones de PSOE y Junts, Sánchez ha mantenido su negativa y numerosas voces del PP se han alzado para llamar a los socialistas a rebelarse contra su líder y actuar con "conciencia de Estado". Una llamada al transfugismo que incluso los barones más díscolos con Pedro Sánchez han descartado con rotundidad.
Estos bandazos también le han costado al PP un desgaste con su principal socio parlamentario. Feijóo llegó al proceso de investidura con el sí de Vox a un hipotético gobierno en solitario pero, sin dar los números, las inquietas negociaciones de los 'populares' les han costado altibajos con la extrema derecha. El mayor conflicto se dio en la votación de la Mesa del Congreso, en la que Santiago Abascal dejó solo a los populares porque estos no cedieron un puesto a su partido.
Tras este escollo, ambos partidos engrasaron de nuevo su relación, para lo que fue necesario que el PP diese entrada a Vox en el gobierno de la Región de Murcia, la quinta autonomía que ambos gestionan en coalición.
Esta nueva etapa no ha impedido que Vox cuestione los contactos del PP con Junts, las diferencias a la hora de salir a manifestarse o el abordaje que el PP hace del uso de las lenguas cooficiales, hasta el punto de que los de Abascal abandonaron el hemiciclo cuando Borja Sémper (PP) pronunció frases en euskera.
172 votos a favor para una investidura que se prolongará hasta el viernes
En este marco, el presidente del PP se estrena este martes en la tribuna del Congreso en su primera investidura como candidato a la presidencia del Gobierno, y con la perspectiva de un debate que se prolongará hasta el viernes. Feijóo acude a la Cámara Baja para exponer con detalle su programa de Gobierno, basado en el documento que ha entregado a políticos y agentes sociales para alcanzar un gran acuerdo por la igualdad y el bienestar. Un texto que incluye seis pactos de Estado y sobre todo un acuerdo para "Defender la integridad territorial de la nación española consagrada en la Constitución".
El presidente del PP ha logrado sumar los apoyos de Vox, UPN y CC pero en frente tendrá al PSOE, Sumar, ERC, JxCAT, Bildu, PNV y BNG. Y es que el Reglamento de la Cámara deja claro que para ser investido debe obtener la confianza de una mayoría absoluta de la Cámara, es decir 176 diputados, o bien una mayoría simple pasadas 48 horas de la primera votación.
Por ello, es muy probable que este miércoles, tras la primera votación, Feijóo se vea obligado a volver al pleno del Congreso el viernes, para someterse a una segunda votación, que previsiblemente tampoco prosperará.
El calendario de la investidura
El debate arrancará este mismo martes a las 12:00 horas. El pleno del Congreso comienza con la intervención de Feijóo para defender su programa de Gobierno y para solicitar la confianza de la Cámara. El candidato no tiene límite de tiempo y puede intervenir tanto como desee. Además a lo largo de los días del debate de investidura también puede pedir la palabra cuando quiera.
Tras el discurso del candidato, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, suspenderá el pleno y fijará la hora de su reanudación, que previsiblemente será a primera hora de la tarde. Además, tras esta primera sesión, los partidos políticos valorarán a los medios de comunicación el discurso de Feijóo en el Congreso.
La sesión de investidura se reanudará con la intervención de los representantes de los grupos parlamentarios, en orden de mayor a menor aunque, cerrará las intervenciones el PP, como partido del candidato. Cabe la posibilidad de que por el grupo parlamentario del PSOE pueda pedir la palabra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, con lo que entonces se abriría un 'cara a cara' entre ambos líderes ya que se sucederían las réplicas entre Feijóo y Sánchez.
Las primeras intervenciones de los portavoces o diputados de los grupos parlamentarios tienen un tiempo máximo de 30 minutos y Núñez Feijóo les podrá responder uno por uno o de forma agrupada.
La segunda intervención de los grupos parlamentarios será de 10 minutos. Los grupos que entrarán en el debate de la tarde no serán todos, ya que dependerá del tiempo que utilice Feijóo para responderles.
En este sentido, es muy probable que intervengan los portavoces y dirigentes del grupos parlamentario del PSOE, Patxi López, de Sumar, Marta Lois, y de Vox, Santiago Abascal. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, o la de JxCAT, Miriam Nogueras, podrían cerrar el debate del martes o bien abrir la sesión del miércoles.
La sesión comenzará a las 9:00 horas y Alberto Núñez Feijóo tiene la prerrogativa de volver a intervenir si lo desea, o bien que continúen las intervenciones de los portavoces de los grupos parlamentarios, que podrían empezar por ERC o los siguientes, que según el orden establecido son Miriam Nogueras, como portavoz de JxCAT, Mertxe Aizpurúa como portavoz de EH Bildu, Aitor Estaban como portavoz del PNV. Por el Grupo Mixto deben repartirse el tiempo los diputados de UPN, Alberto Catalán, del BNG, Néstor Rego y de CC, Cristina Valido.
Una vez acabado el debate se procederá a la primera votación, que será pública por llamamiento, es decir, se nombra a los diputados uno a uno, por orden alfabético a partir de una letra elegida al azar. Los 350 diputados dirán en voz alta "sí", "no" o "abstención". En esta primera votación, Feijóo necesita el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara, es decir, 176 diputados, para ser elegido presidente del Gobierno. Salvo sorpresa, no la obtendrá por lo que se realizará una nueva votación pasadas 48 horas.
Ya el viernes tendrá lugar un nuevo breve debate y la segunda votación En este segundo debate, que será, en su caso, el 29 de septiembre, Feijóo tendrá 10 minutos para pedir el respaldo de la Cámara, y los representantes de los grupos parlamentarios dispondrán de 5 minutos. En esta votación, el candidato será investido presidente si obtiene mayoría simple, más votos a favor que en contra, lo que parece que tampoco ocurrirá.