Nadie ha podido olvidar el rostro de Araceli Hidalgo, la primera vacunada contra el COVID-19 en España. Su imagen, levantándose ligeramente la manga de la blusa para recibir el suero en el salón de la residencia de mayores de Guadalajara en la que reside, fue el primer resquicio para la esperanza en la lucha contra la pandemia en nuestro país.
Por eso, Hidalgo, que ya tiene 96 años y completó, antes que nadie, la pauta vacunal y goza de la inmunidad completa, ha estado presente en el homenaje de Estado a las víctimas del COVID-19 en nuestro país, que en esta ocasión ha puesto el foco en los sanitarios que perdieron la vida mientras luchaban contra el virus en primera línea.
De todos ellos se ha acordado Araceli Hidalgo en su intervención, frente a los Reyes, al Gobierno al completo y a representantes públicos de todas las autonomías y de las instituciones europeas. Pero el foco lo ha puesto, Araceli, en los jóvenes. "A los jóvenes les digo que respeten la pandemia", ha pedido.
Deseo de que los santiarios "hagan bien su trabajo"
Esa llamada a la prudencia no es casual en estos momentos, en plena quinta oleada y con el virus transmitiéndose de manera veloz entre el grupo etario que está aún sin vacunar: los menores de 30.
Pero no ha sido la única mención en el breve discurso de Araceli. "Quiero mandar un mensaje a todos los sanitarios que con su trabajo han salvado muchas vidas. También a enfermeras, enfermeros, los de las ambulancias, para que todos hagan bien su trabajo", ha deseado.
Y, finalmente, ha guiñado a sus compañeros de residencia, la de Los Olmos, en Guadalajara. "También quiero mandar un mensaje a todas mis compañeras, a todos los trabajadores de residencias".