En la fundación que creó el tándem de Esperanza Aguirre y Francisco Granados, no solo se repartía dinero público sin control, sino que incluso desaparecía.
Se perdieron 70.000 euros en un foro literario que pretendía impulsar la candidatura al Nobel del escritor favorito de la presidenta, Mario Vargas Llosa.
Cuando los organizadores fueron a preguntar por el dinero que les habían prometido, la directora de la fundación Arpegio no supo muy bien qué contestar. "Se echó a llorar, dijo 'ya no tenemos ese dinero pero no sé en que me lo he gastado'", explica Pablo Herráiz, periodista de El Mundo.
Pero en la contabilidad de la fundación pública, sobran los ejemplos de despilfarro. Se pagaban, por ejemplo, 250.000 euros por el mantenimiento de una web prácticamente sin actividad. También se gastaron 150.000 euros en una exposición, que también pagaron a través de Arpegio. Se organizó para promocionar la fastuosa ciudad de la justicia hoy abandonada.
También fue beneficiada la consejería del imputado en la Gurtel, Alberto López Viejo. Le concedieron 500.000 euros para acciones de promoción cultural que nunca especificaron.