Tras 7 años al frente de la patronal madrileña, Arturo Fernández se va. Su gestión ha estado rodeada de escándalos, que él nunca he evitado explicar, aunque no siempre ha salido airoso.
Gastó más de 37.000 euros con las terjetas de Caja Madrid, y así lo justificaba: "Lógicamente yo pensaba que era una tarjeta no opaca".
Está imputado por la gestión de la salida a bolsa de Bankia pero él no es consciente de haber hecho nada mal. "Yo estaba defendiendo los intereses de los empresarios de Madrid entro de Bankia". En resumen, su paso por la entidad es la de un revolucionario: "Yo sí alzaba la voz".
Sus trabajadores le han acusaron de practicas poco ejemplares como pagar en negro o incluso no pagarles. En un año ha visto derrumbarse su imperio perdiendo numerosas concesiones, pero todo esto no le ha hecho perder nlos nervios. De las pocas veces que le hemos visto exaltado contestaba cuendo le preguntaban por el sueldo de la mujer del presidente de la Comunisdad de Madrid.
El último escandalo ha sido la siesta en el chalé de Francisco Nicolás, donde dijo que se había "reclinado".