Las tres acusadas de la muerte de Isabel Carrasco se presentaron en el juzgado vestidas de negro y sentadas en un lateral de la sala. En segunda fila, madre e hija casi ni se han mirado, excepto cuando Montserrat le ha pedido a su madre que le pasara el agua.
Posteriormente, el abogado de Montserrat, Ramón García, tomó la palabra para iniciar la defensa, insistiendo en la situación anímica de la madre. "Hay que mirar la situación anímica de la madre, a parte de la anomalía patológica", declaró el abogado.
Además, añade que Montserrat no tenía alternativa porque Isabel Carrasco acusaba a su hija en lo que según su versión era "una persecución por tierra, mar y aire, que no la dejan ni un momento sola, que llega al momento en el que dice: o mi hija o ella".
Ramón García asume que su defendida la mató e intentó huir, porque "es normal que se tape, no es una yihadista que mata y le da igual lo que pase, porque lógicamente no quiere que la pillen".
Pero no lo hizo porque era la presidenta de la Diputación, y por eso pide menos pena. "Efectivamente no habia derecho a matarle, pero no lo hace porque fuera la presidenta. En la mente de Montserrat no estaba hacer daño a la autoridad".
Por eso pide ocho años para la madre y libre absolución para la hija, mucho menos de lo que pide la Fiscalía, duramente criticada por él. Hasta el 17 de febrero, un total de 99 testigos y las tres acusadas darán su versión de los hechos.