Javier Martínez de la Hidalga fue a una sucursal bancaria diciendo que le iban a embargar su dinero. Según consta en el sumario, Juan Alejandre, director de la entidad explició que "llegaron Javier Martínez de la Hidalga y su mujer diciendo que tenían que sacar su dinero porque un alto cargo del Gobierno les había explicado que les iban a embargar". Al día siguiente, el empresario regresó acompañado por un joven. El director pensó que era un pasante, pero se presentó como un hombre del Gobierno. "Me dijeron que necesitan disponer en efectivo de todo el dinero de las cuentas y les conté que era imposible, que la ley de 'Blanqueo de Capitales' lo impedía".
Entonces, Nicolás abandonó el despacho, teléfono en mano, afirmando que hablaba con la vicepresidenta y volvió diciendo que "con el tema del blanqueo no hay problema, de eso nos encargamos nosotros". El banquero se dio cuenta de que, como todos los viernes, Soraya Sáenz de Santamaría tenía Consejo de Ministros e intentó echar mano a los papeles del joven.
Según consta, intentó echar mano a unos papeles del joven en los que ponía 'Gobierno de España', pero de la Hidalga no le dejó. Al ver que el director de la sucursal no daba su brazo a torcer, Nicolás ofreció otra solución para evitar el embargo. "Dijo que la mejor opción era abrir una cuenta nueva a nombre de otra persona para trasladar el dinero y se ofreció ser el titular de la cuenta".
De la Hidalga insistía y el banquero retó a Nicolás diciéndole que era un niño sin estudios. Después, él replicó afirmando que era agente del CNI y estudiante de CUNEF. En ese momento, trataron de sacar todo el dinero posible en efectivo y el director intentó otra treta. "Salí y le ordené a la cajera que cuando le preguntara les tenía que decir que no quedaba dinero, pero ella lo entendió mal y les dijo que quedaran 25.000". Ese dinero acabó en el bolsillo de Nicolás, pero si no hubiera sido por el director de la sucursal, hubiera sido más.
ÉL SOLO SE PUSO EN EVIDENCIA ANTE UNA ESTAFA