'En Primera Línea' se adentra en un hospital de Cáceres para conocer cómo es el día a día de los sanitarios en plena crisis del coronavirus. Para ello, habla con dos de las profesionales que lo viven en primera persona: Lara Mateos, enfermera supervisora de la UCI, y María José García, médico intensiva de la UCI.

"Si gestionar una UCI ya es difícil en circunstancias normales, ahora, en esta situación, mucho más", afirma Mateos, quien recuerda cómo los "primeros días" no estaban preparados para trabajar con el traje: "Hemos tenido crisis de ponérnoslo, entrar, y tener que salir a respirar un poco y volver a entrar porque nos asfixiábamos, son muchas horas en un trabajo que no paramos".

Por su parte, la médico María José García señala que han pasado de tener un paciente o dos ingresados en la UCI a tener 12 de los que "la mayoría lleva entre 15 y 20 días": "Eso explica el colapso, son pacientes que necesitan muchos días de ingreso y la UCI no es solo la cama con el material sino todo el profesional que se necesita para atender a los pacientes".

"Son pacientes con muchísima carga viral", explica Lara Mateos, que, además, señala que los sanitarios están "muy encima de ellos manipulando respiradores, secreciones e intubaciones," por lo que sus "técnicas son de mucho riesgo".

Preguntada sobre las decisiones que se toman en la UCI, María José García declara los profesionales no solo deciden "en base a un criterio de edad, sino a un criterio de gravedad" con el que llega el paciente y "sus posibilidades de recuperación".

Además, la médico destaca que "todos los pacientes están aislados conectados a ventilación mecánica". "Un aumento tan importante de pacientes infectados por coronavirus hace que se sobrecargue el sistema", señala García, que explica que "es imposible tener tantos medios para atender a tantos pacientes en tan poco espacio de tiempo": "Ninguna Sanidad los tiene".

Por otro lado, el doctor Basilio Sánchez, jefe de Servicio de la UCI, explica que todos los días llaman a las familias de los pacientes para mantenerlas informadas de su situación: "Para la familia es fundamental porque no pueden entrar en la UCI, así que el único contacto que mantenemos es el telefónico diario".

"Yo tengo que ser alguien en quien confíen", asegura Sánchez, que explica que la familia debe saber "que lo que se les dice es la verdad de lo que está pasando": "A veces puede ser duro y, a veces, puede ser motivo de alegría, pero tienen que tener esa certeza de que no se les está mintiendo ni ocultando nada".

Por último, Lara Mateos recuerda uno de los momentos más emotivos, cuando consiguieron sacar de la UCI a dos pacientes de manera muy seguida: "Para nosotros ha sido una inyección de alegría. Es más, quisimos grabarlo porque nos sube la moral y nos ayuda a seguir adelante". "El ver que luchan y consiguen salir por esa puerta y volver a recuperar su vida te da esperanza", afirma la enfermera.