Se subió a unos paquetes de folios, tomó un micrófono y en medio de la redacción explicó que se iba: “A mí no me han sugerido, a mí se me comunicó que se había tomado la decisión de destituirme”.

Pedro J. le dijo a sus trabajadores que lo que le hubiera gustado es dirigirles durante el resto de su vida y [[LINK:INTERNO|||20140131-NEW-00149-false|||en ‘Al Rojo Vivo’  ha hecho su propia interpretación de su salida ]]de ‘El Mundo’. “Yo he sido entregado a las fauces del poder. He sido el último sacrificio ritual para que el poder acredite su casi omnipotencia en este proceso de desmocratización de la vida española”, ha asegurado.

Este jueves en el periódico, repasó su trayectoria en la dirección a través de las portadas más recordadas. Alguna de ellas, según él, origen de parte de sus problemas. Considera que su “vía crucis” empieza con las “cuatro horas con Bárcenas”. “En buena hora se me ocurrió ser reportero por una mañana”, bromea ante los trabajadores.

Pedro J. reconoce la delicada situación económica por la que atraviesa ‘El Mundo’ desde hace algún tiempo y cree que eso es algo que beneficia a los poderosos. “Este Gobierno lo que desea es que los medios de comunicación seamos lo más frágiles posible para que la docilidad pague en dividendos”, asegura.

El aún director de ‘El Mundo’ continuará ligado a la cabecera como colaborador y asegura que ni pretende, ni podría, influir a partir de ahora en su sucesor: “En relación a Casimiro es imposible que yo le toque las pelotas”.